Furby, el juguete odioso

Es difícil saber que juguete le gustará a mi hijo, por mucho que me haga tanta ilusión como a él sus nuevos regalos, esto no quiere decir que los veamos de la misma forma. Cuando estamos en alguna juguetería me encanta echar un ojo y veo muchos juguetes que no entiendo, entonces me viene a la cabeza la película Big (Penny Marshall, 1998) cuando Tom Hanks se convierte en la nueva estrella de la empresa de juguetes por tener la mentalidad de un niño, y es verdad, no es un trabajo fácil. Mientras yo me paso el rato viendo las novedades de Lego y los Playmobil, intentando que le entre por los ojos al niño, él puede estar en ese momento mirando los "basurillas" o cualquier cosa plasticosa que esté de moda en ese momento.

Este año nos ha tocado adoptar a un Furby, es una especie de Gremlin robot que no para de hablar y repetir las cosas. No es que eso sea nuevo, estamos inavadidos de juguetes parlanchines, lo malo es que no podemos bajarle el volumen o apagarlo. Así de simple, nada de botón de off, y sólo puedo pensar que el señor de Hasbro que ideo el Furby no debe ser padre, o lo mismo encontró la máquina de Zoltar y pidió un deseo.

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